Adoptar un enfoque integral

Identificar a las comunidades y los grupos de partes interesadas afectadas.

Durante la etapa de planificación de cada proyecto, llevamos a cabo una encuesta social de referencia para recopilar y comprender información sobre los antecedentes de las comunidades, que incluye, entre otras cosas, sus datos geográficos y demográficos, antecedentes políticos, cuestiones de legado histórico, religiones y valores culturales. También realizamos una evaluación de impacto social para identificar los riesgos potenciales de cada proyecto, en la región en la que se lleva a cabo, e identificar a los grupos afectados.

Canales de comunicación claros

Proporcionar a los grupos afectados acceso a información relevante.

En el proceso de participación comunitaria, compartimos información con las comunidades locales a través de varios canales, dependiendo de su entorno y cultura. Esto incluye transmisiones de radio, redes sociales, sitios web, publicaciones y una serie de reuniones presenciales, con el fin de que comprendan plenamente nuestros esfuerzos para mitigar el impacto en las comunidades.

Establecer canales

Escuchar las opiniones de las comunidades afectadas sobre los impactos ambientales y sociales que generan nuestras operaciones.

Elaboramos planes y medidas de mitigación de riesgos, basados en las preocupaciones de los grupos afectados, y los riesgos ambientales y sociales que pueden surgir de nuestras operaciones. De acuerdo con los resultados de la evaluación del impacto social y los comentarios de las comunidades, establecemos una base de datos de gestión del impacto comunitario, que actualizamos periódicamente durante el transcurso de cada proyecto.

Implementación efectiva

Integrar las opiniones de las comunidades afectadas en el proceso de toma de decisiones de nuestras operaciones.

Escuchamos con atención las opiniones y los comentarios de diversas partes interesadas, a través de mecanismos de comunicación y presentación de quejas. Incorporamos plenamente las voces de las comunidades, especialmente aquellas de grupos vulnerables (por ejemplo, mujeres, niños y pueblos indígenas), en los procesos de toma de decisiones para la planificación y ejecución de proyectos y programas comunitarios.

Monitoreo y respuesta

Establecer un mecanismo de comunicación y presentación de quejas para las comunidades afectadas.

Para garantizar una comunicación y un compromiso efectivos con las comunidades y las partes interesadas, hemos establecido equipos de relaciones comunitarias en todos nuestros sitios operativos, que cuentan principalmente con empleados locales. También contamos con un mecanismo claro de comunicación y presentación de quejas, para comprender y responder rápidamente a las inquietudes de las comunidades.

Monitoreo y respuesta

Informar el progreso a las comunidades afectadas y a los grupos de partes interesadas.

Requerimos que, en cada proyecto, se revise periódicamente el progreso de la comunicación comunitaria, se evalúe la efectividad del mecanismo de presentación de quejas de la comunidad, y se informen las mejoras a las partes interesadas de manera oportuna. Esto tiene como objetivo crear un mecanismo de comunicación e intercambio de opiniones bidireccional positivo y eficaz.